Hymme Chili

Il a été composé en 1819 par Manuel Robles sur des paroles du poète Bernardo de Vera y Pintado. Il a été modifié en 1847 pour gommer son caractère anti-espagnol. Refrain Dulce Patria, recibe los votos Con que Chile en tus aras juró Que, o la tumba serás de los libres O el asilo contra la opresión.

        Ha cesado la lucha sangrienta;
        Ya es hermano el que ayer invasor;
        De tres siglos lavamos la afrenta
        Combatiendo en el campo de honor.
        El que ayer doblegábase esclavo
        Libre al fin y triunfante se ve;
        Libertad es la herencia del bravo,
        La Victoria se humilla a sus pies.



        Alza, Chile, sin mancha la frente;
        Conquistaste tu nombre en la lid;
        Siempre noble, constante y valiente
        Te encontraron los hijos del Cid.
        Que tus libres tranquilos coronen
        A las artes, la industria y la paz,
        Y de triunfos cantares entonen
        Que amedrenten al déspota audaz.



        Vuestros nombres, valientes soldados,
        Que habéis sido de Chile el sostén,
        Nuestros pechos los llevan grabados;
        Los sabrán nuestros hijos también.
        Sean ellos el grito de muerte
        Que lancemos marchando a lidiar,
        Y sonando en la boca del fuerte
        Hagan siempre al tirano temblar.



        Si pretende el cañón extranjero
        Nuestros pueblos osado invadir;
        Desnudemos al punto el acero
        Y sepamos vencer o morir.
        Con su sangre el altivo araucano
        Nos legó por herencia el valor;
        Y no tiembla la espada en la mano
        Defendiendo de Chile el honor



        Puro, Chile, es tu cielo azulado,
        Puras brisas te cruzan también,
        Y tu campo, de flores bordado
        Es la copia feliz del Edén.
        Majestuosa es la blanca montaña
        Que te dio por baluarte el Señor,
        Y ese mar que tranquilo te baña
        Te promete futuro esplendor.



        Esas galas, ¡oh, Patria!, esas flores
        Que tapizan tu suelo feraz,
        No las pisen jamás invasores;
        Con tu sombra las cubra la paz.
        Nuestros pechos serán tu baluarte,
        Con tu nombre sabremos vencer,
        O tu noble, glorioso estandarte,
        Nos verá combatiendo caer.  

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